Resiliencia vs adaptarse a cualquier costo

Llevo ya tanto un tiempo en el mundo profesional, por lo que he visto cómo muchos términos han tenido su época “hot” para ser más adelante sustituidos por otros que se vuelven el top del momento. De los términos “hot” de los últimos tiempos hoy quisiera reflexionar sobre la resiliencia.

De acuerdo con la Real Academia Española esta palabra significa: Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. 2. F. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.

La definición me parece inicialmente bastante clara, pero esa claridad se disipa cuando empiezo a buscar los ejemplos en la vida de las organizaciones por los cuales se le reconoce a las personas, tener desarrollada esta capacidad.

¿Dónde surge el punto de quiebre? En mi opinión, en que la resiliencia no significa adaptarse y aceptar convivir en el cotidiano de las empresas bajo circunstancias que no se alinean con los más básicos conceptos de respeto e integridad de todas las personas que las integran -¡no es sinónimo de adaptarse a las nuevas demandas a cualquier costo!-.

Por supuesto que, si por ejemplo, una empresa que era muy productiva en el pasado y por alguna circunstancia eso cambió se enfrenta a un escenario perturbador que deberá lograr restablecer a su modo original. Pero si para ello el método que emplea es que sus empleados deban ahora trabajar 20 horas por día, bajo las mismas condiciones que tenía anteriormente, esto a mi modo de ver, una falsa apreciación de la resiliencia. Y lo peor es que probablemente se les haga un reconocimiento moral a los colaboradores que sí adoptaron este nuevo escenario, manifestándoles que tienen una muy alta resiliencia. Lo que yo veo en estos casos es manipulacióny hasta esclavización, que nada tienen que ver con el concepto.

No es efectivo demandar adaptación cuando con ello se vulneran los principios y valores éticos y humanos. Las organizaciones tienen una fuerte responsabilidad en evitar que esto suceda. Y también cada uno de los integrantes de una organización ostenta esa responsabilidad.

Las organizaciones deben tener mecanismos claros y efectivos para controlar el ambiente interno y asegurar que los roles de mando y supervisión se ejercen dentro de los valores mencionados, y debe ser muy contundente en mostrar que no hay tolerancia a desvíos en estas áreas para asegurar consistencia y estabilidad en la cultura misma de la empresa en este sentido.

Cada uno de los integrantes deben ejercer un juicio personal constante sobre las demandas que recibe de la organización y si las mismas infringen sus creencias esenciales. Si esto ocurriera, no deben dejarse sumir en el miedo a poder perder su lugar de trabajo, sino que deben priorizar el respetarse a ustedes mismos para ser respetados por los demás, haciendo que esas creencias y principios no sean traspasados.

De nada vale no perder tu trabajo hoy, si continuar en el mismo va a resultar en que te sientas traicionándote a ti mismo a cada minuto, lo cual terminará impactando negativamente en tu entorno y tu propia capacidad, deteriorando tu prestigio y probablemente llevando al mismo punto de pérdida del trabajo, del cual tenías temor.

Hagamos cada uno nuestra parte de la manera correcta y podremos entonces gozar todos de una sólida y muy desarrollada resiliencia aplicada con efectos muy positivos en todos los entornos.

María Paula Calvo

Presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Ejecutivas (AMME)

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*Nacida en Argentina y radicada en México desde finales de 2003, Maria Paula es una Alta Ejecutiva. En su etapa profesional actual está sumando más de 30 años de experiencia y su extensa trayectoria multinacional, dentro de la industria de servicios financieros.